Oh Jesús mío, tú eres el Salvador que has dado tu sangre y tu vida por mí, te ruego que escribas tu adorable nombre en mi pobre corazón; para que, teniéndola siempre impresa en mi corazón por el amor, pueda también tenerla siempre en mis labios, invocándola en todas mis necesidades.
St. Alphonsus Liguori