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St. Therese of Lisieux, also known as St. Therese of the Child Jesus,  is a doctor of the Church. Pope Pius X called her the “greatest saint of modern times.”

Santa Teresa de Lisieux, también conocida como Santa Teresa del Niño Jesús, es doctora de la Iglesia. El Papa Pío X la llamó la “mayor santa de los tiempos modernos”.

O Little St. Therese of the Child Jesus, who during thy short life on earth became a mirror of angelic purity, of love strong as death, and of whole-hearted abandonment to God, now that Thou rejoicest in the reward of thy virtues, cast a glance of pity on me as I leave all things in thy hands. Make my troubles thine own; speak a word for me to our Lady Immaculate whose flower of special love thou wert to that Queen of Heaven “who smiled on thee at the dawn of life.” Beg her as Queen of the Heart of Jesus to obtain for me by her powerful intercession, the grace I yearn for so ardently at this moment; and that she join with it a blessing that may strengthen me during life, defend me at the hour of death, and lead me straight on to a happy eternity. I also beseech thee to obtain the particular favor I ask in this (Here each will ask, in private, the special favor he wishes to obtain.) But if what I ask is not for the honor and glory of God, the salvation of my own soul, and the welfare of those for whom I pray, bear us all in remembrance, petitioning for us the remission of sins, and the enjoyment of an everlasting kingdom, through Jesus Christ our Lord. Amen

Oh pequeña Santa Teresita del Niño Jesús, que durante tu corta vida en la tierra te convertiste en un espejo de pureza angélica, de amor fuerte como la muerte y de abandono total en Dios, ahora que te gozas en la recompensa de tus virtudes, lanza una mirada de piedad sobre mí mientras dejo todas las cosas en tus manos. Haz tuyos mis problemas; di una palabra por mí a nuestra Señora Inmaculada, cuya flor de amor especial fuiste tú para aquella Reina del Cielo “que te sonrió en la aurora de la vida”. Ruégale como Reina del Corazón de Jesús que me obtenga por su poderosa intercesión, la gracia que tan ardientemente anhelo en este momento; y que una a ella una bendición que me fortalezca en la vida, me defienda en la hora de la muerte y me conduzca directamente a una eternidad feliz. También te suplico que obtengas el favor particular que pido en esto (Aquí cada uno pedirá, en privado, el favor especial que desea obtener.) Pero si lo que pido no es para el honor y la gloria de Dios, la salvación de mi alma, y ​​el bien de aquellos por quienes oro, ténnos presente a todos, pidiéndonos la remisión de los pecados y el goce de un reino eterno, por Jesucristo nuestro Señor. Amén